Felipe llegó a mi consulta después de atravesar uno de los momentos más difíciles de su vida: un divorcio inesperado tras 25 años de matrimonio. Su esposa, con quien había construido una vida durante tanto tiempo, decidió que quería separarse para iniciar una nueva relación con otra persona.
Este golpe emocional fue devastador para Felipe, quien no solo perdió a su pareja, sino también gran parte de su identidad y confianza.
Inicialmente, Felipe buscó mi ayuda para mejorar el rendimiento de su negocio. Llevaba más de seis meses sin obtener ganancias suficientes para cubrir los gastos, y sentía que su energía y motivación como gerente estaban por los suelos. Sin embargo, al profundizar en su situación personal, descubrimos que el verdadero problema no estaba en el negocio, sino en cómo su vida personal había afectado su autoestima.
Felipe había pasado muchos años conviviendo con una pareja con rasgos narcisistas, quien controlaba tanto el hogar como gran parte de las decisiones del negocio. Esto lo dejó inseguro y dependiente, incapaz de tomar decisiones importantes sin dudar. Tras el divorcio, se culpaba a sí mismo de no haber sido un buen marido ni un buen padre, y esta autocrítica también lo paralizaba en su rol como líder empresarial.
A través de sesiones de hipnoterapia, trabajamos para sanar la raíz de su baja autoestima. La hipnosis le permitió reconectar con su valor personal, procesar la culpa y soltar las creencias autodestructivas que lo mantenían atrapado. Después, con las sesiones de coaching, Felipe aprendió a organizar su vida tanto en lo personal como en lo profesional. Se enfocó en lo importante, recuperó la energía y, sobre todo, volvió a confiar en sus capacidades.
Hoy, un año después, Felipe ha transformado su vida. No solo ha reconstruido la relación con sus hijos, sino que también ha revitalizado su empresa, atrayendo nuevos clientes y alcanzando el éxito que antes parecía inalcanzable.
Su historia es un ejemplo inspirador de cómo, con las herramientas adecuadas, es posible levantarse después de un duro golpe, recuperar la confianza y florecer tanto en el ámbito personal como profesional.